El palacio renacentista de Červená Lhota fue edificado en una islita rocosa en medio de un estanque (o lago artificial). Esta original fortaleza gótica fue reconstruida en el siglo XVI, y gracias a algunas reformas parciales en el siglo XVII muestra unos bellos interiores con una profusa decoración en estuco y valiosas pinturas murales. Las estancias del ala oeste fueron decoradas con elementos en estilo rococó y las habitaciones amuebladas con piezas del Renacimiento de estilo Biedermeier. Además de todo lo anterior, el palacio se halla rodeado por un parque inglés donde se sitúa la capilla de la Santísíma Trinidad, del siglo XVI.
Te sorprenderá saber que el color rojo del palacio está relacionado con una misteriosa leyenda. Se cuenta que el palacio era blanco, pero después de que el diablo se llevase por la ventana a la bella propietaria del palacio, quedaron huellas de sangre en las paredes que fue imposible eliminar, por este motivo se decidió pintar de rojo el palacio completo.