La ciudad de Tábor se fundó en muy pocas semanas y de una forma completamente inusual. A ella se trasladaron los husitas que vivían en la zona, principalmente de la localidad de Sezimovo Ústí. Inmediatamente después de su establecimiento, implantaron una administración espiritual y secular, y crearon su propio ejército.
Desde la torre Kotnov, un vestigio del castillo local, se goza de una vista maravillosa de la ciudad, que recuerda, con sus calles sinuosas y los aromas que salen de las cocinas invadiendo incluso los más estrechos callejones, a la ciudad croata de Dubrovnik. Todo en ella alude a su pasado medieval. Los nombres de las calles, de Belén, de Constanza (con su excelente café Kostnická), de Hus, de Žižka, e, incluso, la imagen de un cáliz en las aceras compuestas de adoquines.
El personaje más célebre de la ciudad es Jan Žižka. Su escultura se sitúa junto a un carro husita en la plaza que lleva su nombre. Žižka se convirtió en un símbolo de las batallas husitas, aunque no se sabe mucho sobre el resto de su vida. Perdió un ojo cuando era niño, y ésta pudo ser la razón de que recibiese el apodo de Žižka. En aquellos tiempos el significado de esa palabra era el de “tuerto”.
Žižka se unió a las divisiones militares contra los caballeros alemanes en el Báltico, y más tarde fue contratado como protector de la corte de Wenceslao IV. Es probable que también fuese un bandido y que se involucrase en los asuntos husitas con la esperanza de la salvación. En Tábor se ganó la reputación de ser un jefe militar invencible. Los husitas recibieron el apoyo de parte de la nobleza checa, que opinaba que la ley de Dios podía ser defendida con la espada. Este lema de lucha fue adoptado no solo por Žižka, sino también por toda la sociedad de Tábor de aquella época.
También relacionados con la ciudad se puede nombrar a los adamitas, que eran los husitas radicales. La secta de los adamitas se transformó en un grupo religioso, pero pronto se radicalizó, tendiendo a los placeres físicos. La estricta jefatura militar no pudo aceptar esta conducta, expulsó a los adamitas de Tábor a la localidad de Příběnice, los dispersó y quemó a los cautivos en Klokoty. Los supervivientes se fueron a una isla del río Nežárka, donde intervino Jan Žižka y, acusándolos de bandidos y adúlteros, los castigó cruelmente acabando con su vida.
La ciudad de Tábor también cuenta con otras apasionantes historias en su larga trayectoria, aparte de la husita ya mencionada... Durante el Renacimiento, los adinerados burgueses de la población construyeron hermosas casas. Una de esas viviendas es la casa de Stárek, que fue propiedad del burgués Mikuláš Slanař (en 1526) y luego pasó a la familia de Hrošek de Trkov. En la plaza de Žižka también encontramos otra joya, una fuente del Renacimiento. En el centro de la misma, se eleva sobre una alta columna de piedra una figura con una bandera dorada. Los expertos aseguran que se trata del símbolo o el emblema de una ciudad autónoma. En cierto modo, se puede considerar una analogía de las denominadas columnas de Roldán, que se sitúan en algunas ciudades alemanas.
Como en Tábor no podía faltar un monumento que rindiese homenaje al maestro Jan Hus, hay que dirigirse al parque de Hus para localizarlo. Allí se erige un interesante conjunto monumental y escultórico en su honor, obra de František Bílek, un famoso escultor modernista checo. El monumento fue construido en 1928 por la “Asociación para la Construcción del Monumento de Hus” y lleva la inscripción: “Avanzar por las llamas hacia la verdad”.
Personalidades célebres:
Oscar Nedbal (26.3.1874 – 24.12.1930), nativo de Tábor, director de orquesta, compositor y violista del cuarteto České kvarteto, autor de melodías y operetas populares. Su opereta más conocida es “Sangre Polaca”.
Jan Žižka de Trocnov (alrededor de 1360-1424), una famosa figura histórica del movimiento husita medieval, un brillante estratega y jefe militar. Nunca sufrió una derrota militar.
Martin Šonka (1978), piloto de vuelo acrobático y de la serie mundial Red Bull Air Race, vive en Tábor.
¿Sabías que…
casi todos los edificios del centro histórico tenían sótanos de tres o cuatro plantas en los cimientos horadados en la roca? Actualmente los sótanos están conectados y forman una ruta turística, de unos 500 metros de longitud, que recorre Tábor de forma subterránea.
Nuestra recomendación:
En la plaza de Mikuláš de Hus fue inaugurado recientemente el “Patio del Paraíso” del antiguo monasterio. Este espacio en sus tiempos servía como prisión, y aún se conservan las celdas. Actualmente es la sede de la galería de arte Ambit.